DOCUMENTOS

La siguiente es la investigación realizada de las categorías gramaticales en el encuentro realizado



CATEGORÍAS GRAMATICALES



Es el nombre bajo el que se agrupan todas las palabras del idioma, distribuidas por 9 clases. Estas clases son: 1. sustantivos o nombres, 2. pronombres, 3. adjetivos, 4. adverbios, 5. verbos, 6. preposiciones, 7. conjunciones y 8 determinantes.
Artículo, constituyente obligatorio del sintagma nominal que se antepone al nombre para actualizarlo y señalar si el sustantivo es conocido o no por el emisor, receptor o ambos.
Se clasifica en determinado o definido e indeterminado o indefinido. Las antiguas gramáticas tomaban al artículo como una de las partes de la oración; en la actualidad se le considera un morfema gramatical del sustantivo, con el que se combina, y del cual nos indica el género y el número. Puede estar precedido de un preartículo (todo un hombre) o seguido de un posartículo (la misma casa).
.

FORMA
Las formas que presenta el artículo son:


Determinados: masculino singular: el; femenino singular: la; neutro singular: lo;masculino plural: los; femenino plural: las.
Indeterminados: masculino singular: un o uno; femenino singular: una;masculino plural: unos; femenino plural: unas. No existe la forma de neutro plural.
Los artículos determinados proceden del demostrativo latino ille, illa, illud. Illeevolucionó en castellano hacia la forma masculina él; illa dio origen a dos formas femeninas: él y la; illud se trasformó en el neutro lo. El artículo indeterminado procede del numeral latino unus, una, unum; está relacionado con los indefinidos y los numerales. Puede ser correlativo de otro: ‘Uno’ es inteligente, otro tonto, e intercambiable en algún contexto con algún o alguno: Debe haber ocurrido ‘un’ / algún accidente.
El artículo neutro lo sólo se utiliza en español para sustantivar (véaseSustantivación) adjetivos o proposiciones, puesto que no existen sustantivos neutros: Me gusta ‘lo alegre’; ‘lo que me dices’ me divierte.
Cuando el artículo el lleva delante las preposiciones a o de se contraen y constituyen las formas contractas al y del respectivamente: a + el > al: Mañana iremos ‘al’ cine; de + el > del: El agua ‘del’ río está helada.
Sólo si el artículo entra a formar parte de un nombre propio como El Escorial,un apellido o sobrenombre: el Viti, o el título de una obra puede mantenerse la separación: Fueron ‘a El’ Escorial; Al torero Santiago Martín se le conoce con el sobrenombre ‘de El’ Viti; Fui al estreno ‘de El’ perro del hortelano.
Cuando el sustantivo al que precede comienza por a o ha tónicas, se escriban o no con acento ortográfico, el artículo femenino singular que aparece delante toma la forma el (procedente del femenino illa latino) en lugar de lael ala, el hada; pero toma la forma la si el artículo precede a un adjetivo o va en plural: ‘la alta’ torre, las alas, las hadas. Se exceptúan de esta regla los nombres de las letras a y hla a, la hache, y aquellos sustantivos que empiezan por a tónica, cuya forma es igual para el masculino que para el femenino y en las que sólo la forma del artículo que le antecede nos permite distinguirlo: el / la árabe. Sin embargo, no todos los sustantivos que comienzan por a tónica son femeninos:el átomo / los átomos, el acto / los actos. El artículo indeterminado un también es femenino si le sigue una palabra que comience por a, ha tónicas: un águila /unas águilas.

Función
El artículo siempre funciona como determinante del sustantivo al que acompaña, o como determinante de aquello que aparezca sustantivado porque convierte en sustantivo de discurso todo aquel elemento al cual antecede y que originalmente no fuera un sustantivo: El gato atrapa ‘al ratón’; Yo compré ‘lo que me pareció mejor’.
.

SIGNIFICACIÓN
El artículo es un determinante semánticamente vacío, no obstante, el que aparezca en español el artículo determinado o el indeterminado, o el que el sustantivo vaya o no precedido de un artículo, hace que en el sustantivo se produzcan diferencias semánticas.
Un sustantivo, que sin artículo tiene un valor genérico o es una simple abstracción para los hablantes, precedido de un artículo determinado, se convierte en algo conocido tanto para el emisor como para el receptor; por el contrario, el artículo indeterminado designa un nombre no conocido por uno de los dos o por ambos a la vez y lo presenta. El término casa es genérico, mientras que la casa es algo concreto.
Cuando un objeto es desconocido se utiliza para nombrarlo por primera vez un artículo indeterminado, pero si se vuelve a mencionar con posterioridad se hace uso del determinado porque ya ha sido presentado al receptor y éste lo identifica con algo concreto. El artículo determinado tiene, pues, un valor deíctico o referencial: En la tienda vi ‘un armario’; ‘el armario’ era grande y lindo.
Sin embargo, puede no aparecer el artículo si el nombre está en plural:Llevamos bananas ‘al’ mercado, o si el sustantivo hace alusión a una realidad no contable: Vendo trigo. En alguna ocasión, la presencia o ausencia del artículo establece una clara oposición de significados: busco abrigo / busco el abrigo / busco un abrigo.
Uno, una pueden utilizarse como pronombres personales indefinidos, con el significando de ‘uno cualquiera’.
En una relación de sustantivos o sintagmas yuxtapuestos o coordinados entre sí, el artículo puede aparecer escrito una sola vez y sobrentenderse en las demás: La fe, esperanza y caridad son virtudes. Si dos o más sustantivos agrupados pertenecen a distinto género, el artículo prefiere la forma masculina a la femenina casi siempre.
No se han de confundir los artículos con los pronombres o adjetivos que tienen su misma forma: lo, los, las: los artículos van siempre delante de un sustantivo o elemento sustantivado; los pronombres nunca acompañan a ningún sustantivo, siempre lo sustituyen y se refieren a personas; un, unos: como artículos designan a personas, animales u objetos indeterminados; como pronombres tienen un significado numeral o de aproximación.
.


Nombres o sustantivos
Sustantivo, categoría léxica que expresa la pertenencia de las cosas a alguna clase o conjunto de entidades que poseen rasgos en común y que se caracteriza por ser núcleo de sintagmas nominales.
Tradicionalmente, los sustantivos se han definido como las palabras que sirven para designar personas, animales o cosas, ya sean reales o existentes sólo en la mente humana. El término ‘cosas’ resulta bastante vago, pues los sustantivos pueden hacer referencia a: objetos físicos (libro), cualidades (hermosura), acciones (movimiento), sentimientos (alegría), cantidades (millar), entre otros. Sin embargo, hay también otras categorías léxicas que pueden hacer referencia a cualidades, como los adjetivos (bello), a acciones, como los verbos (moverse), o a cantidades, como los numerales (tres), por lo que es necesario ampliar la definición tradicional, puramente semántica, con criterios formales.
En la actualidad, se suele utilizar nombre como sinónimo de sustantivo, aunque la gramática tradicional incluía los adjetivos también en la categoría nombre, de manera que se distinguía entre nombre sustantivo y nombre adjetivo. No es sorprendente que se incluyeran dentro de una misma categoría, puesto que, en español y en otras lenguas romances, los sustantivos y los adjetivos comparten muchas características, como la flexión. Además existen muchas palabras que pueden ser tanto sustantivos como adjetivos, dependiendo del contexto en que aparecen. Así, jóvenes es sustantivo en Muchos jóvenes acudieron a la manifestación, mientras que es adjetivo en Los asistentes eran muy jóvenes.
El sustantivo constituye una clase de palabras abierta, lo que significa que se pueden incorporar nuevos sustantivos a una determinada lengua. VéaseNeologismo.
2.
FORMA
Desde el punto de vista formal, el sustantivo es una categoría con flexión en muchas lenguas, es decir, admite variaciones en su terminación para indicar las categorías gramaticales de género, número y, a veces, caso (véase Flexión).
1.
El género de los sustantivos
Los sustantivos en español pueden ser masculinos o femeninos. VéaseGénero.
No debe confundirse el género con el sexo: el género es una característica gramatical mientras que el sexo es una característica biológica de algunos seres vivos. De hecho, los sustantivos tienen género independientemente de que los seres referidos tengan sexo o no, como sol, que es masculino o luna,que es femenino. No hay nada en las entidades designadas que determine el género gramatical de los sustantivos. De hecho, en otras lenguas, estos sustantivos presentan otros rasgos de género (como en alemán Sonne,femenino y Mond masculino).
1.
Seres animados
Los sustantivos que designan seres animados suelen indicar la diferencia de género, y de sexo, con morfemas de género, es decir presentan moción:

Formas masculinas señaladas por los morfos de género masculino -o, -e :chico, jefe, señor.
Formas femeninas señaladas por el morfo -a: chica, jefa, señora.
En muchas ocasiones, aunque los sustantivos se refieren a seres sexuados, tienen género inherente, es decir, son sólo masculinos o sólo femeninos. Algunos pueden referirse a seres de cualquier sexo: persona es siempre femenino aunque designe a hombres; abanto desastre son siempre masculinos. Otros sustantivos, aparte de tener género inherente, se refieren a seres de un único sexo, por lo que se recurre a palabras diferentes para establecer el contraste de sexo: hombre/mujercaballo/yegua, etcétera.
En el caso de sustantivos con género inherente referidos a animales o plantas, la distinción de sexo se realiza añadiendo ‘macho’ o ‘hembra’: la araña macho /la araña hembrael abrótano macho el abrótano hembra. La gramática tradicional llamaba a estos sustantivos epicenos.
Otros sustantivos referidos a seres animados se dice que son comunes en cuanto al género pues, según el contexto, tienen un género u otro para referirse a un sexo o a otro: el/la estudiante.
2.
Entidades inanimadas
La mayoría de los sustantivos que se refieren a entidades inanimadas tienen género inherente. No obstante, algunos sustantivos son ambiguos en cuanto al género pues pueden acompañarse indistintamente de artículos o determinantes femeninos o masculinos (el/la maratón). En algunos casos, sin embargo, existen connotaciones diferentes (el/la mar). No deben confundirse este tipo de sustantivos con aquellos que cambian radicalmente de significado según se trate del femenino o del masculino, como coma, y que normalmente tienen orígenes diferentes. No se trata en este caso de sustantivos ambiguos en cuanto al género, sino de sustantivos homógrafos.
2.
El número en los sustantivos
En español, los sustantivos pueden ser singulares o plurales. La mayoría de los sustantivos presentan flexión de número, es decir tienen formas diferentes para el singular y para el plural, lo que se señala con el morfo Ø (o ausencia de morfema de número, según los autores) en casa canción, frente a los alomorfos de plural /s/, casas, o /es/, cancionesVéase Número.
Algunos sustantivos son invariables, es decir, tienen la misma forma en singular y en plural, como los llanos q1ue acaban en –s o –x, por ejemplo tesis o clima,  incluido los compuestos formados a partir de un verbo y un sustantivo, como saltamontes o guarda espaldas.
Existen sustantivos que designan entidades formadas por dos partes simétricas y que pueden significar lo mismo en singular que en plural: Ayer me corté con una tijera/unas tijeras. Tanto si existe la forma en singular (pantalón/pantalones) como si no (prismáticos), el plural puede referirse a un solo objeto o a varios:Me gustan las gafas que llevas puestas (un objeto); En su casa tiene muchas gafas (varios objetos).
Algunos sustantivos sólo tienen forma singular. Se trata de los singularia tántum, como sed.
Los sustantivos que sólo tienen número plural se denominan pluralia tántum,por ejemplo víveres bártulos.
3.
FUNCIÓN
La función primordial del sustantivo es la de constituir el núcleo de un sintagma nominal.
En la oración María ve la televisión, María es el sintagma nominal sujeto, constituido en este caso únicamente por un núcleo; televisión es el núcleo del sintagma nominal la televisión, que hace la función de complemento directo.
Dentro de un sintagma nominal, el sustantivo puede ir acompañado y ser modificado por:

a) Determinantes de cualquier tipo o artículos: ‘Esta’ casa me gusta.
b) Adjetivos: El hombre ‘alegre’ resulta siempre agradable.
c) Sustantivos: Han construido una nueva ciudad ‘dormitorio’.
d) Sintagmas preposicionales: El estuche ‘de cuero’ es bonito. Quiero café ‘con leche’.
e) Oraciones de relativo: El balón ‘que me regaló mi tío’ es grande.
El sustantivo, como núcleo del sintagma nominal, impone el género y el número a los determinantes, adjetivos o participios que lo acompañan o complementan: El zapato es precioso; Esas chicas son portuguesas; La niña estaba cansada. Véase Concordancia.
Cuando un sustantivo completa el significado de otro sustantivo realiza la misma función que un adjetivo. Véase Adjetivación.
Ciertas palabras, sin ser sustantivos ni pronombres, realizan en la oración la misma función que estos; se dice entonces que están sustantivadas o que son sustantivos de discurso. En estos casos van precedidas de un determinante o de artículo: Siempre tiene un ‘no’ para todo. Véase Sustantivación.
4.
SIGNIFICACIÓN
Los sustantivos pueden ser sometidos a diversas clasificaciones semánticas:
1.
Comunes y propios
Hoy día se habla de sustantivos o de nombres, aunque a la hora de distinguir entre comunes y propios se utiliza el término ‘nombre’ más frecuentemente que el de sustantivo. Así se habla de nombres propios o nombres comunes y no de sustantivos propios o sustantivos comunes.
Los nombres comunes aluden a personas, animales o conceptos en general que existen en la realidad o son producto de la imaginación humana y cuyas características especiales no difieren de los de su misma clase: zapato, cisne,unicorniomasmédula (véase Oliverio Girondo), jitanjáfora. Asocian un elemento a un determinado conjunto de elementos (zapato al conjunto de loszapatos).
A diferencia de los comunes, los nombres propios distinguen o identifican un individuo entre los demás elementos de una misma clase: Leonor, Babieca,Tizona. Cuando se refieren a personas o cosas personificadas reciben el nombre de antropónimos, si aluden a espacios geográficos se denominantopónimos. Se escriben siempre con mayúscula inicial (véase Antroponimia; Toponimia).
2.
Contables y no contables
Los sustantivos no contables son aquellos que se refieren a materias y son medibles. Denotan cosas que pueden dividirse hasta el infinito conservando su naturaleza. Los sustantivos contables, por otro lado, designan entidades individuales que al dividirse no mantienen su naturaleza. Un poco de agua (no contable) sigue siendo agua, mientras que una parte de una silla (contable) no es una silla.
Esta clasificación semántica tiene notables consecuencias sintácticas.
Los contables pueden combinarse con numerales cardinales (una silla, dos sillas, etcétera) al contrario que los no contables (*un dinero, *dos dineros, etcétera). En algunos casos, los nombres no contables se recategorizan como contables para referirse a unidades típicas o a tipos de sustancia: un café es una taza (contable) de café en Se tomó un café; un establecimiento (contable) en Quedamos en el café de la esquina o un tipo (contable) de café en Compró un café brasileño en lugar de colombiano.
Los sustantivos no contables pueden utilizarse sin determinantes como complementos, lo que no sucede con los contables, que para aparecer sin determinación deben presentar forma plural, como se observa en los siguientes ejemplos: La niña pidió pan; *La niña pidió libro; La niña pidió libros. VéaseDeterminantes.
Los sustantivos contables pueden subdividirse a su vez en colectivos e individuales. Los sustantivos colectivos designan en singular conjuntos de entidades, como familia ejército, mientras que los individuales designan una sola entidad, como soldado.
3.
Concretos y abstractos
Los sustantivos concretos designan elementos individuales cuya existencia el hablante percibe a través de los sentidos o de su representación en imágenes:libro, tejado.
Los sustantivos abstractos nombran un concepto, una cualidad o un estado que sólo es aprehensible por la mente humana: libertad, amor. Muchos sustantivos abstractos de cualidad derivan de adjetivos: simpleza, hermosura.
Algunos sustantivos son abstractos en singular y concretos en plural. Por ejemplo, amistad es abstracto en Aquel abrazo fue una manifestación de amistad, mientras que amistades es concreto en A su madre no le gustan sus amistades, pues se refiere a los amigos de alguien.
.


Adjetivo

Adjetivo, parte variable de la oración que acompaña opcionalmente al sustantivo en el sintagma nominal, para calificarlo (adjetivo calificativo) o determinarlo (adjetivo determinativo), concordando con él en género, número y en algunas lenguas también en caso. Véase Concordancia.

ADJETIVO CALIFICATIVO
En la gramática tradicional se le llama nombre adjetivo, y comparte con el sustantivo el género, el número y alguna función gramatical.
1.
Forma
El adjetivo, desde un punto de vista formal, está compuesto por un lexema o raíz, que aporta el significado de la palabra, y unos morfemas que lo completan. Los morfemas son de dos tipos: constituyentes y facultativos.
Los constituyentes u obligatorios son los gramaticales de género (masculino y femenino) y número (singular o plural). Como el adjetivo calificativo no tiene un género específico, se limita a adoptar el del sustantivo al que acompaña. Puede presentar dos formas: una variable, que ofrece una terminación para el masculino y otra para el femenino, cuya oposición es -o/-a, -e/a, ø/a:bueno/buena, rubiete/rubieta, cantarín/cantarina, y otra invariable, cuya única forma sirve para ambos géneros: rebelde, infantil.
Cuando aparecen antepuestos a un sustantivo masculino, algunos adjetivos presentan una forma apocopada: mal asunto / mala noticia. Véase Apócope.
El adjetivo toma el mismo número que el del sustantivo, ya que ha de establecer la concordancia con él. Los adjetivos que en singular terminan en vocal átona forman su plural añadiendo una -s; los que en singular acaban en consonante o en vocal tónica, lo hacen añadiendo -es.
El artículo no es, como ocurre con el sustantivo, un morfema del adjetivo. Si en un sintagma aparecen un artículo y un adjetivo sin ningún sustantivo al que completen, el artículo sustantiva al adjetivo. Véase también Sustantivación.
Los constituyentes facultativos del adjetivo son los prefijos y sufijos, que modifican el significado del lexema. Los sufijos pueden ser: aumentativos, diminutivos y derivativos.
Ejemplos de análisis de adjetivos desde el punto de vista formal: Bajitobaj- (lexema), -it- (morfema diminutivo), -o (morfema gramatical de género), -ø (ausencia de morfema gramatical de número).
MexicanasMexic- (lexema), -an- (morfema derivativo), -a (morfema gramatical de género), -s (morfema gramatical de número).
Algunos adjetivos se han formado a partir de palabras primitivas que originalmente no tenían esta categoría gramatical, pues eran sustantivos, adjetivos o verbos, pero a las que al añadir a su lexema un morfema derivativo, además de darles éste un nuevo significado, las ha convertido en adjetivos:Colonia, colonial; trigo, trigueño; azul, azulado; amar, amable; oír, oíble. Otros se han formado a partir de dos palabras primitivas: barbilampiño, agridulce
Grado del adjetivo
Casi todos los adjetivos (los que señalan propiedades o características cuantificables) pueden presentar su cualidad en diferentes grados de intensidad o plenitud para mostrarla tal cual es, para establecer una comparación entre dos elementos o para potenciar al máximo la cualidad del adjetivo.
El grado positivo presenta la cualidad del adjetivo en su término medio, sin ponerla en relación con ninguna otra: alegre, bondadoso. El grado comparativo presenta la cualidad del adjetivo en relación con otra, estableciendo su superioridad (más generoso), igualdad (tan agradable) o inferioridad (menos risueño) con respecto a ella. Más, tan y menos son adverbios, adyacentes del adjetivo al que acompañan; el segundo término de la comparación se establece mediante otros marcadores, los nexos conjuntivos comparativos que y como. El grado superlativo expresa la cualidad en su más alto grado, marcando una relación absoluta (superlativo absoluto) mediante:


a) los adverbios muy, extraordinariamente, enormemente, altamente, extremadamente: Muy especial, enormemente listo.
b) los prefijos archi-, extra-, requete-, super-: Requetelimpio, superinteligente.
c) con los sufijos -ísimo o -érrimo: listísimo, celebérrimo.
d) locuciones adverbiales: la mar de simpático.
El superlativo puede ser también relativo, si expresa la máxima cualidad de algo o alguien en relación con otras personas, animales o cosas de un grupo determinado: Sonia es la más simpática de mis amigas (de superioridad), Juan es el menos complaciente de la clase (de inferioridad). Muy es incompatible con la terminación -ísimo: muy buenísimo.
Procedentes del latín, en español se conservan comparativos y superlativos irregulares que conviven con las regulares correspondientes. Así, del buenosurge el comparativo mejor y el superlativo óptimo, que pueden alternar conmás malo y muy malo. Los demás comparativos y superlativos irregulares son:


De malopeor; pésimo
de grandemayor; máximo
de pequeñomenor; mínimo
de altosuperior; supremo o sumo
de bajoinferior; ínfimo.
Además, existen otros superlativos irregulares, procedentes del latín, de carácter culto o literario, cuyas formas más usadas son:


acre: acérrimo
amable: amabilísimo
amigo: amicísimo
antiguo: antiquísimo
áspero: aspérrimo
benévolo: benevolentísimo
célebre: celebérrimo
cierto: ciertísimo o certísimo
cruel: crudelísimo
fiel: fidelísimo
frío: frigidísimo
fuerte: fortísimo
libre: libérrimo
mísero: misérrimo
noble: nobilísimo
nuevo: novísimo
pobre: paupérrimo
pulcro: pulquérrimo
sagrado: sacratísimo
salubre: salubérrimo
simple: simplicísimo
Estos superlativos presentan otra forma popular o coloquial, como amiguísimo, asperísimo, cruelísimo, integrísimo... Algunos adjetivos tienen formas duplicadas en el superlativo con variaciones fonéticas: bonísimo/buenísimo, fortísimo/fuertísimo, o cambios de grafías: antiquísimo (derivado de antiguo).Potísimo, ‘muy poderoso’ y ubérrimo, ‘muy abundante y fértil’ son superlativos cultos, no existen en español adjetivos en grado positivo de los que se hayan formado.
Relacionados con los comparativos y superlativos tradicionales están los aumentativos, diminutivos y los despectivos, que establecen también una relativa idea comparativa y que se hallan a medio camino entre la flexión y la derivación.
3.
Función
El adjetivo calificativo expresa una cualidad del sustantivo al que acompaña o con el que se relaciona. Puede ser especificativo o explicativo. El especificativo es el que delimita (especifica) la significación del sustantivo; aporta una información necesaria, por lo que no se puede suprimir sin que varíe sustancialmente el significado de la frase. Suele ir pospuesto al sustantivo: El libro ‘pequeño’ está sobre la mesa. El explicativo o epíteto aporta una información ya conocida e intrínseca al significado del sustantivo; por lo tanto, si se prescinde de él no varía notablemente el significado de la frase: Dejó su huella en la ‘blanca’ nieve.Aparece antepuesto al sustantivo.
La posición que ocupa el adjetivo con respecto al sustantivo al cual acompaña suele estar muy relacionada con lo semántico. Generalmente se afirma que en español el hablante goza de una cierta libertad para anteponer o posponer el adjetivo al sustantivo en función de su preferencia o intencionalidad: prado verde, verde prado; la casa alta, la alta casa, pero hay veces en las que la norma impone su anteposición o posposición; así se dice, por ejemplo, mujer casada,color azul, cosa difícil de conseguir. A veces cambia el significado del adjetivo dependiendo de su posición: buen hombre/hombre bueno, pobre hombre/hombre pobre, mala comida/comida mala.


Verbos
Verbo, parte de la oración, que funciona como núcleo del predicado e indica proceso, acción o estado

2.
FORMA
Presenta formas simples, que constan de una sola palabra: canto, temía, partiré; formas compuestas constituidas por dos o más palabras y que son los llamados tiempos compuestos: he cantado, hubiera temido, habrá partido y además perífrasis verbales: tengo que cantar, volvió a temer, voy a partir.Admite las categorías gramaticales de tiempo, aspecto, modo y voz, además de las de persona, que comparte con los pronombres personales y posesivos, y la de número que se da también en el sustantivo y el adjetivo. Carece de género, excepto el participio.
Las formas verbales constan de un lexema o raíz que encierra el significado léxico del verbo y de formantes constitutivos, desinencias o morfemas que aportan la información gramatical varía: número, persona, tiempo, modo y aspecto. Entre el lexema y los formantes constitutivos se sitúa la vocal temática que informa sobre la conjugación a la que pertenece el verbo y que aparece sin alteración en el infinitivo. El verbo admite formantes facultativos y constituyentes.
Los formantes facultativos son prefijosdes- deshacer, re- rehacer, ante- anteponer, contra- contraponer, en- ensuciar, em- embarcar, entre- entreabrir, inter- intercambiar, pre- prever, tras- trasnochar, sub- subestimar, sobre- sobrecargar, y sufijos-ear, vocear, lloriquear; -ecer, favorecer, oscurecer; -ejar, cotejar, bosquejar; -guar, santiguar, amortiguar; -ificar, bonificar, cuantificar; -uar, actuar, conceptuar; -iar, carbonizar, economizar.
Los formantes constituyentes o gramaticales pueden ser:
1) Desinencias, morfemas flexivos que se añaden al tema (lexema + vocal temática) para indicar: tiempo (presente, pasado o futuro), modo (indicativo, subjuntivo, e imperativo), aspecto (perfectivo, imperfectivo, resultativo, incoativo, ingresivo, durativo), número (singular o plural) y persona (primera, segunda o tercera). En el verbo, con un mismo morfema se representa a la vez tiempo, modo y aspecto, o número y persona; es lo que se denomina sincretismo verbal. Pero hay veces en que el morfema no está explícito, como por ejemplo ocurre con el de tiempo-modo-aspecto en el presente de indicativo (cant-a-mos), en ese caso, se representa su ausencia con el signo Æ. Las formas verbales que presentan desinencias se denominan formas personales del verbo.
2) Sufijos verbales (-ar, -er, -ir del infinitivo; -ando, -endo del gerundio y -ado, -ido del participio), terminaciones propias de las formas no personales del verbo, llamadas también verboides.
3) Verbos auxiliares: Los tiempos compuestos de los verbos y la pasiva se construyen en español mediante verbos auxiliares (haber y ser) y el participio del verbo que se conjuga. Por lo tanto, estos verbos auxiliares están gramaticalizados; es decir, han perdido su significado propio y han pasado a ser meros morfemas de la forma verbal que le sigue —el auténtico verbo—, indicando el tiempo, modo, aspecto, número y persona de la forma compleja verbal resultante. Lo mismo ocurre con las perífrasis verbales, formadas por un verbo gramaticalizado que funciona como auxiliar y un infinitivo, un gerundio o un participio, entre los que puede haber una preposición o una conjunción.
Entre el lexema y los morfemas gramaticales en español puede aparecer la vocal temática (a, e, i), que es un morfema gramatical carente de significado; indica si el verbo pertenece a la primera (-a-, cantar), segunda (-e-, temer) o tercera (-i-, partir) conjugación. Esta vocal temática no está siempre presente porque se neutraliza, como en la primera persona del singular del presente de indicativo, o se transforma en un diptongo, como en la tercera persona del plural del pretérito perfecto simple de los verbos de la segunda y tercera conjugación. Ejemplos de análisis formal de formas verbales:

Contables
: Lexema; aporta el contenido semántico de la palabra.
-a-: Vocal temática; indica que el verbo cantar sigue el paradigma de la primera conjugación verbal del español.
-ba-: morfema gramatical que indica tiempo (pretérito imperfecto), modo (indicativo) y aspecto (imperfectivo).
-mos: morfema gramatical que indica persona (primera) y número (plural).
.
Habíamos contado:
Habíamos: forma auxiliar, procedente del verbo haber, susceptible en sus orígenes de ser dividida en partes como cualquier forma verbal simple, pero que al estar gramaticalizada funciona como morfema de la forma verbal que le sigue, a la cual aporta las nociones de tiempo (pretérito pluscuamperfecto), modo (indicativo), aspecto (perfectivo), persona (primera) y número (plural).
cant-: lexema; aporta el significado de la palabra.
-a-: vocal temática que indica que el verbo sigue el paradigma de la primera conjugación.
-do: morfema de participio; indica aspecto perfectivo.

Categorías verbales
Número


El número del verbo es una marca de concordancia impuesta por el sujeto. Las formas verbales pueden ir en singular: yo hablo o en plural: nosotros hablamos.No presentan variaciones de número las formas no personales o verboides del infinitivo y gerundio: hablar, hablando. Los verbos unipersonales sólo presentan formas verbales en singular, por su referencia nocional de la impersonalidad:nieva, nevaba. A veces, aparecen usos verbales que presentan una relación especial de concordancia con el sujeto, el verbo puede aparecer en plural con sujetos en singular: Eso son amores; este tipo de discordancia es aceptada porque responde a razones de significación o de sentido, porque, aunque el sujeto vaya en singular tiene significado de plural.
Persona
La persona del verbo varía, de acuerdo con las personas gramaticales que el sujeto presenta, afecta también a los pronombres personales y a los posesivos. La persona remite a los interlocutores del discurso, según el eje básico hablante-oyente, yo-tú. Las personas son: primera, segunda y tercera, en singular: yo amo, tú amas, él ama, o plural: nosotros amamos, vosotros amáis, ellos aman. Hay que señalar algunas excepciones de algunos verbos y formas verbales, que sólo se utilizan en tercera persona de singular, como los verbos unipersonales: Nieva, y algunos verbos defectivos: Atañe. Las formas no personales o verboides carecen de persona: comer, comiendo, comido. El imperativo sólo tiene segunda persona.
Modo
El morfema verbal de modo indica la actitud del hablante ante el enunciado y significación verbal: la actitud puede ser objetiva o subjetiva. Ésta puede presentarse como un hecho cierto, o bien, considerar que su realización será más o menos incierta, virtual, hipotética, deseable, deseada, dudosa... Es una categoría específica del verbo. Si el hablante expresa la realidad de forma objetiva, sin tomar parte de ella, utilizará el modo indicativo, el modo de la realidad: Sergio estudia mucho; Hace calor; Mañana iremos al cine. Si el hablante participa en el enunciado, expresa de una forma subjetiva deseo, duda, temor..., utilizará el modo subjuntivo de la no realidad, de la representación mental: Ojalá tenga suerte; Es posible que lo haga. La gramática tradicional distingue cuatro modos verbales: indicativo, subjuntivo, condicional e imperativo, en realidad son dos los modos verbales: indicativo y subjuntivo, que corresponden a la doble actitud posible del hablante ante el enunciado: objetiva y subjetiva.
Los modos tradicionales imperativo y condicional no son más que variantes del modo subjuntivo y del modo indicativo: el imperativo del subjuntivo y el condicional del indicativo.
El modo indicativo es el modo actualizador por excelencia. Sus formas sitúan el acontecer en un lugar y momento dados. Sus formas verbales expresan que el hablante considera la acción o proceso como algo perteneciente a la realidad, que posee existencia objetiva: El muchacho está aquí. Había acudido mucho público. Iré a tu casa hoy.
El modo subjuntivo es el modo de lo virtual, ofrece la significación del verbo sin actualizar y a él pertenecen las formas verbales con las que el hablante considera la acción o proceso como algo irreal, como un hecho que existe en su pensamiento pero al que no puede atribuir fuera de éste, existencia real con seguridad: Espero que estés en casa; Ojalá lo hagas; Acaso vaya.
El modo imperativo expresa mandato u orden, función apelativa, se utiliza exclusivamente en situación de discurso. El mandato es la subjetivación del enunciado con matiz significativo optativo en grado máximo, sólo se utiliza en la segunda persona. Así, el imperativo queda incluido por su significado verbal en el modo subjuntivo. En su uso se confunde o alterna con el subjuntivo. El imperativo sólo acepta forma afirmativa: Ven tú. Venid vosotros. La forma negativa de mandato se expresa en presente de subjuntivo: No lo hagáis. Para expresar mandatos indirectos u órdenes referidas a otras personas gramaticales, que no sea la segunda, se utiliza también el presente de subjuntivo: Lo digan ellos.
El modo condicional es un tiempo verbal creado en las lenguas románicas, no existía en latín. Procede de la perífrasis latina del pretérito imperfecto de indicativo + infinitivo: Amaría de amare habebam. A lo largo de la historia de la lengua, el condicional ha presentado vacilaciones significativas de uso e incluso terminológicas. En principio, se denominó modo potencial, por su significación hipotética o posible: Me compraría un coche si pudiera; en la actualidad la Real Academia Española lo denomina condicional, por influjo de la gramática francesa y por ser el tiempo característico de las condicionales. Por su significado, es un futuro hipotético, indica siempre una acción futura respecto a otra. Se incluye como variante de modo indicativo, porque el hablante lo utiliza como expresión de una acción real. En el uso actual se sustituye o alterna con el pretérito imperfecto de indicativo en las oraciones condicionales: Si tuviera dinero, me compraría una casa o me compraba una casa.

Tiempo
El tiempo es la categoría gramatical que ubica el acontecer del verbo en el imaginario eje del tiempo natural o real del hablante. Se trata de una categoría deíctica. El tiempo es un concepto de medida; el hablante necesita expresar la fecha de las acciones, o comportamientos que expresa con el verbo, y para ello utiliza un segmento imaginario, en el que el punto de partida es presente, todo lo anterior es pasado y lo que queda por venir, futuro. La oposición básica se establece entre el presente, el pasado y el futuro, acción simultánea, anterior y posterior respectivamente al ahora del hablante. El presente es puntual, pero en la conciencia del hablante abarca lo que acaba de ser presente y es pasado y lo que es todavía futuro, pero que va a ser presente de inmediato. El hablante, la realidad que mejor conoce es la que ha vivido, la que se ha dado en el pasado. La realidad del presente la conoce, pero no la ha asimilado, y la realidad del futuro la desconoce. Por eso, en la conjugación española hay más tiempos verbales en el pasado que en el presente y en el futuro.
Los tiempos verbales del modo indicativo son: Tiempos del presente: presente: amo, temo, parto; pretérito perfecto: he amado, he temido, he partido.Tiempos de pasado: pretérito imperfecto: amaba, temía, partía; pretérito indefinido o pretérito perfecto simple: amé, temí, partí; condicional simple:amaría, temería, partiría; pretérito pluscuamperfecto: había amado, había temido, había partido; pretérito anterior o copretérito: hube amado, hube temido, hube partido; condicional compuesto: habría amado, habría temido, habría partido. Tiempo del futuro: futuro simple: amaré, temeré, partiré; futuro compuesto: habré amado, habré temido, habré partido.
Voz
La voz es la categoría gramatical que indica si el sujeto realiza la acción, la recibe o la sufre. Hay dos voces, activa y pasiva. La voz activa indica que el sujeto gramatical coincide con el agente de la acción expresada por el verbo, acción que se ejerce sobre un objeto: Pedro compró una casa. En la voz pasiva, el sujeto no realiza la acción, sino que la recibe o padece, el sujeto coincide con el objeto. El agente puede estar especificado o no: La casa fue comprada por Pedro. El verbo español ha perdido las formas propias de la voz pasiva latina, para su expresión se utiliza el verbo ser más el participio del verbo conjugado, en concordancia con el sujeto: El león es temido; Los leones son temidos. No existen, en español, morfemas específicos de voz. Sólo admiten la voz pasiva aquellos verbos que pueden usarse como verbos transitivos.
Otra forma de expresión de la voz pasiva es la pasiva refleja, que aparece en construcciones en voz activa con el pronombre se y significado pasivo: Se abren las puertas de la catedral a las diez. El sujeto gramatical las puertas recibe la acción del verbo (abren: son abiertas). Se, morfema indicativo de voz pasiva, indica que el sujeto gramatical debe interpretarse como objetivo.
Clases de verbos
Desde un punto de vista formal los verbos pueden ser regulares, irregulares y defectivos. Según criterios morfosintácticos, los verbos se clasifican en verbos auxiliares, plenos, copulativos, predicativos, transitivos, intransitivos, pronominales, regulares, irregulares y defectivos, y según su significado léxico en verbos perfectivos e imperfectivos, incoativos, frecuentativos e iterativos.

Verbos regulares e irregulares
Los verbos regulares son los verbos que en las distintas formas que pueden adoptar en su conjugación se ajustan siempre a las formas del verbo que se toma como modelo en la conjugación a la que pertenece. Saltar, partir, amar.
Los verbos irregulares son aquellos que no siguen los modelos clásicos de la conjugación, ya que presentan alteraciones en la raíz o en el lexema: cuelo de colar, debía ser colo; en el morfema o terminación: anduve, de andar, debería ser ande, o en ambas partes a la vez: puso, de poner, debería ser ponió. Las irregularidades de las formas verbales están motivadas por transformaciones fonéticas que han sufrido estas formas a lo largo de la historia de la lengua, y que han llegado a soluciones múltiples, por lo que no es fácil agrupar las irregularidades de los verbos españoles ni reducirlas a reglas fijas. Se clasifican en verbos irregulares totales y verbos irregulares parciales.
Los verbos irregulares totales son los que cambian totalmente de forma en su conjugación. Son los verbos iryo voy, tú ibas, él fue, y ser: nosotros somos, vosotros erais, ellos fueron. Los verbos irregulares parciales son los que cambian sólo en parte, en las distintas formas que presentan en su conjugación, son todos los verbos irregulares excepto ser e iranduvo, piensas, tuvo, tendríamos.
Irregulares más frecuente
Verbos defectivos
.
Los verbos defectivos no son verbos irregulares desde el punto de vista formal, sino que carecen de algún tiempo o persona; unas veces, por su especial significado, y otras, por dificultades de pronunciación. Así, son defectivos los verbos impersonales que, por su significación de fenómenos atmosféricos o de naturaleza sólo se utilizan en tercera persona de singular: amanecer, anochecer, llover, nevar, tronar, granizar... Hay otros verbos defectivos de uso frecuente: balbucir, balbucí; agredir, agredió; abolir, abolió; transgredir, transgredió; atañer, atañe; concernir, concierne; soler, suele, solía, sol.

.verbos auxiliares
Los verbos auxiliares son los que han perdido o debilitado su significado verbal, y se utilizan para la conjugación de otros verbos como haber, que se utiliza para la formación de los tiempos compuestos: he comido, y ser, que se usa para la conjugación en voz pasiva: Él era admirado. Otros se emplean en combinaciones con formas no personales del verbo de significado pleno y forma una perífrasis verbal o frase verbal que pueden ser aspectuales: está durmiendo, volvió a hablar.
Verbos plenos
Los verbos plenos son aquellos que poseen contenido semántico pleno: comer, golpear, llorar, dormir
Verbos copulativos
Los verbos copulativos tienen como función servir de nexo o unión entre el sujeto y un elemento nominal o adjetivo, que le es atribuido: Luis es listo. Pedro es arquitecto. Son los verbos ser y estar, aunque funcionan como copulativos otros verbos: quedar, permanecer, encontrarse: El niño se encuentra enfermo, La niña permanece tranquila.
.verbos predicativos
Los verbos predicativos son los que tienen significado pleno y constituyen el núcleo sintáctico y semántico del predicado: el perro duerme, el obrero trabajaba.


Los verbos transitivos
Son aquellos que necesitan de un objeto o complemento directo para completar su significación: Juan come verduras.
Los verbos intransitivos son los que no necesitan un complemento directo, tienen significado completo: Juan corre. Aunque en el uso lingüístico, los verbos no son en sí mismos transitivos o intransitivos, sino que se denominan así, según su uso:Juan come patatas, uso transitivo, y Juan come mucho, uso intransitivo. No obstante, hay verbos que se utilizan casi siempre como intransitivos: vivir, caminar, existir, nacer, morir. Y otros casi siempre acompañados del complemento directo: hacer, tener, comerYo hago secundaria. Hizo su trabajo; Él tiene calor; Él comió chocolate.

Los verbos pronominales
 Son los que se construyen con pronombres reflexivos, de igual persona que el sujeto del verbo: marcharse, arrepentirse, avergonzarse, alegrarse, asombrarse... A este grupo pertenecen los verbos reflexivos, que los hay de dos tipos: reflexivos formales, los que tienen forma reflexiva pero no valor reflexivo; la acción no recae sobre el sujeto que la realiza: Juan se atreve; y reflexivos gramaticales, aquellos en los que el sujeto es a la vez objeto de la acción: lavarse, peinarse...: Sergio se lava. Daniel se peina. Verbos recíprocos son los que implican a varios sujetos que realizan la misma acción y la reciben mutuamente: Daniel y Sergio se pelean.

Los verbos impersonales

Son aquellos que carecen de sujeto: Nieva, llueve, truena. Son los llamados verbos de la naturaleza y también unipersonales, pues sólo se utilizan en tercera persona de singular.
Según el modo de la acción, que es una categoría semántica propia del verbo, que caracteriza el proceso verbal desde el punto de vista de su manera de acontecer los verbos se clasifican en: verbos perfectivos e imperfectivos, incoativos, frecuentativos e iterativos.

Pronombres

Parte de la oración que puede ocupar el lugar de un nombre o hacer alusión a él. Procede del latín pronomen, que significa ‘en lugar del nombre’; sustituye en ocasiones, aunque no siempre, a un sustantivo, al que se denomina antecedente.
FUNCION
Los pronombres realizan las mismas funciones que los adjetivos determinativos (pronombres adjetivos): determinante o modificador del sustantivo al que acompaña: ‘éste’ por este papel; sustantivos (pronombres sustantivos): sujeto: ‘éste’ me gusta, complemento directo: ‘las’ vendí, complemento indirecto: ‘les’ compré la máquina, atributo: Juan es ‘aquél’, complemento circunstancial: ¿con ‘quiénes’ saliste?...; adverbios (pronombres adverbios): complemento circunstancial: ésta es la ciudad ‘donde’ nací.
Se conocen varios de los pronombres
PRONOMBRE PERSONAL
Equivale a las formas del dativo a él, a ella, a ellos y a ellas, por las que puede ser sustituido. Su función es exclusivamente la de complemento indirecto. Se antepone siempre a los pronombres lo, la, los y lasSe lo dije, se la llevamos a María, se los presentaste, se las vendimos. Es compatible con la forma pronominal tónica: Se lo contó a él, se la encomendaron a ella, a ellos se lo dieron en la calle, se lo encargaron a ellas. En el lenguaje literario puede aparecer amalgamado con el verbo, lo que no es frecuente en el uso oral:Escuchábaselo a su madre desde que era niña.

PRONOMBRE REFLEXIVO
La persona a la que hace referencia el pronombre es la misma que la del sujeto de la oración. Desempeña dos funciones: a) Complemento directo (la acción que realiza el sujeto recae sobre él mismo): Elisa se alaba. b) Complemento indirecto: Mario se corta las uñas. El pronombre reflexivo puede aparecer reforzado por las formas a sí mismo, a sí misma, a sí mismos, a sí mismas. Se une a la forma verbal algunas veces en los textos escritos: Mimábase cada día más. Véase Reflexivo.

Pronombre recíproco
Se encuentra en oraciones cuyo sujeto es múltiple (dos o más personas) y la acción que realiza cada uno de ellos recae sobre los demás, al mismo tiempo que recibe la que realizan los otros. Sus funciones propias son las de complemento directo: César y Ana se quieren, e indirecto: Antonio, Matías y Ángela se envían mensajes a través del ordenador. Para marcar aún más esa reciprocidad se pueden utilizar expresiones como respectiva, mutua o recíprocamente; entre sí, unos a otros... Unido al verbo forma construcciones como: Desafiábanse con la mirada Pedro y su hermano. Véase Recíproco.
.
ADVERBIO
Parte de la oración que sirve para modificar, precisar, matizar o ampliar el significado de un verbo, de un adjetivo, de otro adverbio, de un sintagma nominal, de un sintagma preposicional o de una oración.
Es una categoría gramatical heterogénea, caracterizada por su invariabilidad, con algunas excepciones, ya que muchos adverbios pueden admitir morfemas de sufijación; ejemplo: de ahora, ahorita. Carecen de morfemas de concordancia con otros elementos de la oración; ejemplo: Luisa está mal. Los niños están mal educados.
FORMA
En español, los adverbios no tienen unidad morfológica; por lo tanto, los hay con formas simples: hoy, mañana; con formas compuestas: anteayer; e incluso con formas complejas, como las locuciones adverbiales: a lo grande, de vez en cuando.
El adjetivo adverbializado es también un adverbio: bajo, alto, oscuro, rápido; también se adverbializa con sufijos como -mente, que se forma así: si el adjetivo tiene dos terminaciones se utiliza la forma femenina: buena/buenamente, loca/locamente; si el adjetivo sólo tiene una terminación, se añade el sufijo —mente: atrozmente, felizmente. Muchos adverbios tienen la posibilidad de admitir morfemas de sufijación para formar aumentativos, diminutivos o superlativos. Aumentativos: lejotes, arribota. Diminutivos: despacito, cerquita, ahorita, lueguito, poquito, prontito, tempranito. Superlativos: cerquísima, lejísimos, prontísimo, tardísimo, poquísimo, muchísimo, tempranísimo. Igualmente, algunos adverbios admiten la gradación, característica de los adjetivos, por medio de la anteposición de cuantificadores (más, menos, mucho, poco, muy): Mucho mejor, poco antes, muy abajo, más cerca.
3.
FUNCIÓN
Según la gramática tradicional, el adverbio es un modificador del verbo, de un adjetivo o de otro adverbio. Juan estudia bastante (bastante modifica al verbo).Él es bastante torpe (modifica al adjetivo). Lo hizo bastante bien (bastantemodifica al adverbio bien). También pueden ejercer por sí mismos el valor de oración, con significado completo: ¿Vendrás a casa esta tarde? ‘Sí’. ¿Saldrás hoy? ‘Probablemente’. Equivalen a: Sí, iré a tu casa esta tarde, y Probablemente saldré hoy.
A veces el adverbio afecta a toda la oración, utilizado como recurso lingüístico por el hablante: Increíblemente, Carmen vino. También pueden desempeñar función de nexos o conectores entre oraciones: Lo harás ‘como’ yo quiera. Iré ‘cuando’ pueda.

CONJUNCIONES
Palabra o conjunto de ellas que enlaza oraciones o palabras, como su etimología de origen latino explica: cum, ‘con’, y jungo, ‘juntar’; por lo tanto, ‘que enlaza o une con’.
FORMA
La conjunción es una parte invariable de la lengua que se utiliza para enlazar oraciones y establecer relaciones entre ellas: Luisa va a trabajar y luego regresa a casa. También enlaza, dentro de la oración, elementos que desempeñan una función sintáctica equivalente: Luis y Carmen salen juntos.
La conjunción sólo tiene valor gramatical, no tiene valor semántico. Su significado lo adquiere en las relaciones oracionales que puede presentar. Valor aditivo: Luisa compra y vende objetos. Valor de oposición: Carmen trabaja, pero no todos los días.
Son partículas que unen entre sí elementos sintácticos equivalentes, aunque hay otros muchos nexos, en su origen adverbios o preposiciones, que encabezan oraciones y que adquieren valor de conjunción, aunque no tengan forma conjuntiva.

Las conjunciones, según los distintos tipos de relaciones o enlaces oracionales que presentan, pueden adquirir valores significativos diversos, y se clasifican en dos tipos: coordinantes o subordinantes.

Conjunciones coordinantes o coordinativas
Conjunciones subordinantes o subordinaditas

Las conjunciones coordinantes son copulativas, adversativas, disyuntivas o distributivas.

Las conjunciones subordinantes o subordinaditas introducen oraciones que desempeñan la función de un sintagma nominal (sujeto, atributo, complementos o aposición) o la función de un complemento circunstancial dentro de la oración principal

Interjecciones

Interjección, palabra invariable autónoma, que no se inserta funcionalmente dentro de la oración y constituye por sí sola enunciados independientes, aunque puede establecer relaciones con otras unidades y formar con ellas enunciados complejos.

Forma

La interjección es una palabra invariable, que no presenta flexión. Puede ser de dos tipos:
a) Propia: aquella que se usa exclusivamente como interjección, como ¡ah! ¡eh! ¡oh! ¡adiós! ¡ea! ¡uf! ¡bah! ¡hala! ¡ay! ¡quia! ¡huy! ¡Ojalá! ¡Olé! ¡Zas! ¡Puf! ¡ca! ¡Cáspita! ¡Hurra! ¡tata! ¡Zape! ¡pchs! ¡guay!...
b) Impropia: aquella que utilizada como interjección, en su origen era un sustantivo: ¡cáscaras! ¡Hombre! ¡Demonios! ¡Silencio! ¡Ánimo! ¡Caracoles!; un adjetivo: ¡bravo!; un pronombre: ¡otra! ¡Qué!; un verbo: ¡vaya! ¡Anda! ¡Calla! ¡dale!; un adverbio: ¡fuera! ¡Despacio! ¡Atrás!; un grupo nominal: ¡mi madre! ¡Su tía! o una oración: ¡Válgame! ¡Habrase visto!
Función

Por sí sola constituye un enunciado completo, por lo que no se incluye en otra oración, sino que forma ella sola una oración unimembre: ¡Ah!, ¡Bah!, ¡Jesús!,¡Vaya!
A veces se acompaña de un enunciado exclamativo: ¡Oh! ¡Qué pena! ¡Vaya, ya llegaste! Puede ir con un vocativo: ¡Cuidado, Pedro! ¡Ay, hija! Equivale a una unidad exclamativa qué, con funciones de adyacente del sustantivo o del adjetivo: ¡Vaya vida! ¡Vaya sucio que vienes! Puede llevar un término adyacente, formando una unidad exclamativa: ¡Quita de ahí! ¡Caramba con mis abuelos! El término adyacente puede ser una oración. ¡Ojalá fuera verano! ¡Anda que no han cambiado los tiempos!
Significación
Sirve para expresar sentimientos, actitudes y sensaciones del hablante y como llamada de atención al oyente. Expresa estados súbitos de ánimo, alegría, dolor, pena, sorpresa..., pero sólo tiene significado en relación con el contexto, ya que aislada una interjección no comunica más que la actitud del hablante y puede ser aplicable a múltiples situaciones. La entonación es la que marca los diferentes valores significativos de las interjecciones.
La interjección y las oraciones exclamativas, tanto en su significado como en la entonación, están a veces muy próximos. En ejemplos como ¡Válgame la Macarena!, pueden considerarse como una oración exclamativa, si se toma como una petición a la Virgen en una plegaria, pero si el hablante expresa esta oración sin la intención de implorar el auxilio mariano, sino sólo como una exclamación de asombro, se convierte en una interjección. Lo mismo sucede con algunos tacos o expresiones soeces.
¡Hombre! indica objeción o asentimiento: ¡Hombre, lo dice así! ¿Te gusta? ¡Hombre! Los nombres religiosos: Jesús, Dios mío, Virgen Santísima, indican asombro, extrañeza, temor: ¡Jesús, Jesús! Qué accidente. ¡Virgen Santísima! ¿Qué ha ocurrido?
El adjetivo bueno se usa como fórmula de relleno: ¡Bueno, lo hice! Bravoexpresa ánimo, aplauso: ¡Bravo, bravo!, gritó el público. Claro expresa asombro con un matiz afirmativo: ¿Eso es así? ¡Claro...!
Las formas verbales del imperativo pierden su valor significativo al adoptar un matiz apelativo o encarecedor: ¡Anda, qué listo! ¡Vaya, qué suerte! ¡Venga, apártate!
También pueden usarse varios adverbios como interjecciones: ¡Aquí! ¡Arriba! ¡Pronto! ¡Bien!
El sintagma nominal mi madre se puede aplicar en cualquier sentido: ¡Mi madre, qué susto!
Atendiendo a su significado y función comunicativa, se han clasificado las interjecciones en:
a) Onomatopéyicas: expresan adaptaciones fonéticas de ruidos y acciones que realizan una función lingüística. El hablante puede crearlas aunque siempre tiene que adaptarse a las reglas de la combinación fonemática de la lengua, llegando algunas a ser usadas con tanta frecuencia que se convierten en sustantivos: El tictac del reloj. El guauguau. Y ¡cataplum! Se cayó. Chac...chac, el tren se alejaba. Tras...tras, escondido estoy. ¡Paf! Maté al mosquito. El grifo goteaba y sonaba plas...plas...plas. ¡Zas! ¡zas! Toma te lo ganaste. Rin...rin, rin, sonaba insistente el teléfono.
b) Apelativas: sirven para llamar la atención o imponer algún comportamiento al oyente; también se pueden incluir las fórmulas de saludo: ¡Hola! ¡Chao! ¡Abur! ¡Eh! ¡Ey! ¡Ea...ea! ¡Hala! ¡Chitón! ¡Chist! ¡Eh, tú!, ¿qué haces? ¡Hala, hala!, ¡qué escándalo! ¡Chist!, habla bajo; ¡Chitón! Solo hablo yo; ¡Ey, Carmen! Espérame; ¡Ea, ea! Juana se enfada.
c) Sintomáticas o anímicas: expresan el estado de ánimo del hablante. Su sentido concreto depende del significado del contexto y de la situación y son las más abundantes: ¡Ah! puede expresar comprensión y es utilizada en respuestas; también señala algo que uno percibe o se le ocurre de repente: Iré luego a tu casa, ¡Ah! Bien; ¡Ah! Se me olvidaba, te han llamado por teléfono; ¡Ah!, ¡no! No puedo hacerlo.
¡Ay! indica dolor, sobresalto, protesta, lamento: ¡Ay! ¡Qué dolor!; ¡Ay, qué gran sorpresa!; ¡Ay, qué pesada eres!; ¡Ay de mí!
Bah manifiesta lo contrario a lo expresado anteriormente, desdén, rechazo, incredulidad: Yo lo diré. ¡Bah! No puedes; ¿Odio? ¡Bah!
Cá, quiá señalan negación o incredulidad ante lo expresado previamente:¿Estás triste? ¡Cá! ¿Estás triste? ¡Quiá!
Caramba, caray marcan sorpresa o enfado y sustituyen a expresiones malsonantes: ¡Caramba, qué golpe!; ¡Caray, es terrible!
Ea denota la conformidad con lo dicho: ¡Ea! Ya está.
Guay es una interjección anticuada que se conserva en algunos países de América para significar una sorpresa irrisoria: ¡Guay lo que dices! Hoy, entre los jóvenes, se usa para expresar que algo es estupendo o muy bueno: ¡Qué guay! Iremos de excursión.
Hola se usa como saludo, pero también tiene matiz apelativo y sorpresa: ¡Hola, hola! ¿Hay alguien?
Huy, uy indican sorpresa o extrañeza, con intención ponderativa: ¡Huy! La que se armó. ¡Uy, qué cariñoso estás!
Ja, ja es una onomatopeya que expresa risa o carcajada, mediante la reiteración: Pero, ¡qué tonto! ¡ja! ¡ja! ¡ja!
Oh puede indicar temor, decepción, sorpresa, tristeza, alegría... depende del contexto: ¡Oh, no! No puede ser.
Ojalá se usa para marcar el deseo intenso o añoranza, va en construcciones sintácticas con subjuntivo: ¡Ojalá acierte la quiniela!; ¡Ojalá volvamos al pueblo!
Olé sirve para jalear; indica entusiasmo, aplauso: ¡Olé! y ¡Olé!; ¡Olé, tu salero! Así se torea.
Psh, pché, manifestación de indecisión, indiferencia, desprecio: ¿Te gusta? ¡Psh! Todo ha sido mentira. Pché, ya lo veo.
Puf, puaf expresan asco, repugnancia: ¡Qué sucio está todo! ¡Puaf! Tengo náuseas ¡Puf, qué asco!
Uf expresa diferentes actitudes del hablante, cansancio, dolor, angustia, alivio...: ¡Uf! ¡Gracias a Dios!; ¡Uf!, ¡qué agotamiento!; ¡Uf, qué calor!; ¿Había mucha gente? ¡Uf, muchísima!

Preposiciones
Palabra que relaciona un nombre o un pronombre con otra palabra de la que es complemento, como indica su etimología de origen latino prae ‘delante’, positio,‘posición’. Las preposiciones son palabras que enlazan un elemento sintáctico cualquiera, principalmente, un sustantivo o equivalente, con el que forma un complemento de otro sustantivo, mujer ‘con’ suerte, de un verbo, voy ‘a’ casa,de un adjetivo, bueno ‘de’ naturaleza, de un adverbio, lejos ‘de’ casa, de un pronombre, ninguno ‘de’ nosotros, o de una interjección, ¡ay ‘de’ mí! Al término del cual depende el complemento se llama término regente, núcleo o inicial, y al término que sigue a la preposición, término regido o terminal











No hay comentarios:

Publicar un comentario